lunes, 6 de febrero de 2012

La Amenaza Manca.


A Scioli no lo afecta nada. Ni los retos públicos de Néstor y Cristina cuando lo ninguneaban en público, ni los robos y la miseria y las cuentas fiscales que nunca cierran del conurbano, ni las apretadas de Mariotto ni la payasada de ser candidato testimonial, ni que lo fotografien en bolas fumando un porro, ni nada. Scioli es indestructible. Votos de derecha genuinos (no prestados) y del peronismo. A granel. Con cara de nada y aire de nabo. Scioli. Que parece una locomotora sin frenos. Y que ya empieza a caminar y actuar como futuro presidente. 


Scioli es incombustible, justamente por aquello que se piensa que es su debilidad: vaguedades discursivas, discurso light, cholulaje, tibieza, guiños al establishment, pasado extrapolítico, farándula, amor al deporte. Arrasó en la provincia de Buenos Aires y si logra encolumnar al peronismo o a parte de él, tiene muchas chances de ser presidente en 2015. La derecha acompaña, por supuesto. 

Lo que muchos progresistas y/o peronistas más de izquierda ven de malo en él son los atributos por los que la multitud lo vota.